España ha sufrido una de las mayores subidas de impuestos en los últimos años para paliar la crisis económica y fiscal, y sin embargo, la capacidad recaudatoria sigue siendo de las más ineficaces de la UE.
Según datos publicados por la oficina estadística europea “Eurostat “, el pasado 22 de octubre, España, con una recaudación sobre el PIB del 37,1%, ocupa el antepenúltimo lugar, solo por delante de Irlanda y Eslovaquia. Países que también se han visto obligados a subir los impuestos, como Portugal o Grecia, ven como su esfuerzo se traduce en una recaudación que representa el 40,9% y el 44,6% del PIB, respectivamente. Sin embargo, los españoles nos encontramos casi 10 puntos porcentuales por debajo de la media de la zona euro, que se sitúa en un 46,3% y muy lejos también de los 45,4% de la media de la UE.
Los datos anteriores cobran todo el sentido cuando de la misma encuesta se arroja que en España tenemos uno de los sistemas tributarios más gravosos de Europa.
En IRPF, los tipos marginales más altos lo ostentan, por orden, Suecia, Bélgica y España. En el Impuesto de Sociedades, España se encuentra en el quinto lugar, gravando más que países como Suecia, Alemania o Reino Unido, cuyos tipos se sitúan por debajo del 30%. Y en IVA nos situamos en la mitad de la tabla.
A pesar de las reiteradas subidas de impuestos, España ha realizado pocos avances en esta materia a lo largo de los últimos años: la recaudación en 2010 alcanzaba el 36,7% del PIB; en 2011 fue del 36,2%, y 37,1% actualmente.
Los números de Eurostat ponen de manifiesto el ineficiente modelo fiscal español, que lejos de ser una solución para la economía española supone un fraude, no solo para la economía del Estado en general, sino para las familias.
El Gobierno español prepara una reforma fiscal completa, que está lista para el primer trimestre del 2014 y que debe solucionar estos desajustes.
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